“Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante.”
(Filipenses 3:13b)
A veces nos detenemos en el camino espiritual porque miramos demasiado hacia atrás. Nos lamentamos por lo que no salió como esperábamos o por las oportunidades perdidas. Pero Pablo, quien tenía un pasado complejo, nos muestra una actitud fundamental para avanzar en la vida con Dios: dejar atrás lo que ya pasó y extendernos hacia lo que está delante.
Eso no significa negar la historia personal, sino no permitir que se convierta en un ancla. Avanzar implica confianza en que Dios tiene aún más por delante, que su gracia es suficiente para redimir todo lo que dejamos atrás y prepararnos para lo que viene.
El crecimiento espiritual requiere enfoque y dirección. No caminamos por impulso, sino por propósito. Si miramos hacia lo eterno, encontraremos siempre motivos para seguir avanzando.
Oración:
Dios, dame el valor para soltar el pasado y la fe para extenderme hacia lo que tienes preparado. Que no me detenga en lo que ya no puedo cambiar, sino que camine confiando en tu dirección. Amén.