Día 4: El Refugio en Medio del Llanto

SERIE: Esperanza en un mundo roto

“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu.” Salmo 34:18

Cuando el corazón se rompe, lo último que esperamos es sentir a Dios cerca. Sin embargo, la Biblia afirma lo contrario: en el momento más frágil, Dios está más cerca que nunca. Él no huye de nuestro dolor; lo habita con nosotros, lo comprende y lo redime.

La cercanía de Dios no siempre se siente como algo espectacular. A veces es un susurro, una paz que no tiene explicación, una certeza profunda en medio del caos. Su presencia no elimina automáticamente el llanto, pero transforma la manera en que lo atravesamos: con consuelo y esperanza.

Dios no desprecia nuestras lágrimas. Las recoge, las valora y las transforma. El quebranto no es un obstáculo para su obra, sino muchas veces el lugar donde más claramente se manifiesta su gracia. En nuestra vulnerabilidad, Él se hace fuerte.

Oración:

Señor, ven y consuela mi corazón. Hazme sentir tu cercanía en mi dolor, y ayúdame a confiar que tú estás obrando incluso en mis lágrimas.

© Comunidad Sanadora

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